viernes, 29 de septiembre de 2006

ACERCA DE UN DEBATE ENTRE SINDICALISTAS




Mi primera impresión frente a artículos que no son una novedad intelectual social, pero si lo son en el ámbito sindical: Los hubiera colocado a la inversa, el pesimista primero y el socialdemócrata después. El resultado es más creíble y coherente.


A lo largo de los últimos 35 años han aparecido diversos informes sobre el cataclismo humano y/o ambiental. Sea por la contaminación, por la escasez de recursos o por la bomba. De hecho Malthus sufrió la misma enfermedad. El club de Roma, aun vivo y un autor marxista de la Alemania democrática, Wolfgang Harich, comunismo sin crecimiento, por no citar la multitud de ecólogos, entre otros son recuerdos recientes para mí.


Vaya por delante que tienen razón. Agotar los recursos y crecer con el actual modelo parece imposible. Y debe serlo con toda probabilidad. Pero la historia reciente ha producido una cierta paradoja entre esa constatación y la realidad: el petróleo continúa saliendo a costes aceptables y poco a poco aparecen tecnologías aplicables que suavizan ligeramente el problema. Esta dinámica histórica y tecnológica seguirá. Sus límites nos son desconocidos y el calendario concreto también. Según mi información el mercado del automóvil, sector central de la crisis energética, se mantiene e incluso se expande. Las alternativas tecnológicas se desarrollan y aplican, reducción del consumo por unidad de recorrido, aparición de combustibles biológicos, anunció de alternativas de hidrógeno plausibles, etc. Ello me induce a pensar que anunciar el cataclismo absoluto es un error y también una equivocación comunicativa. No hay que renunciar a los profetas, pero hay que tenerlos donde conviene. En cambio, el reformismo ambiental tiene eficacia y consecuencias inmediatas, aunque sigue siendo una materia dura de pelar con empresarios, consumidores y otras especies protegidas.


Si hay que impulsar un cambio de modelo, yo también lo creo, alguien deberá hacerlo, no desanimemos a la gente. Un mundo mejor es posible, incluso sin coche privado.

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Otra nota editorial: De momento se propone un modelo de debate muy parecido al que tuvimos en esta plaza entre dos afamados sindicalistas. Que ponemos a disposición de los tres contertulios (Casas, Serrano y Bermúdez) para ver si les parece oporotuno repetir ese estilo. Ver en:

http://www.100annicgil.it/default.asp?serv=/servizi/3223/3233/xmlservizio

miércoles, 20 de septiembre de 2006

VIVIENDA Y CAMPAÑA ELECTORAL: Mis siete advertencias



Lluis Casas*


Lamentándolo mucho, las circunstancies me impelen a volver sobre el ruido inmobiliario. Mi abdicación respecto al mal asunto de la vivienda se viene abajo. La campaña electoral ha hecho su aparición. Los disparos de la precampaña, ¿qué quiere decir precampaña?, obligan al público a resguardarse tras los tabiques. Catalunya está en llamas, como el Yang Tse fílmico.


Prometo solemnemente solo dos artículos más. Este, de cuerpo digital presente y uno posterior celebrando las ocurrencias electorales de algunos. Al respecto, y por mi propio respeto, advierto a los lectores de toda condición de sexo e hipoteca que no soy de los que creen que todos los políticos son iguales. Ni lo son los políticos, ni lo son las fuerzas políticas. Por eso hay que distinguir y seleccionar con atención lo que dicen y lo que algunos escriben.


Al respecto, hoy algunos líderes se han echado a la espalda el problema de la vivienda. Con ello me han provocado conscientemente. Tenemos en los periódicos de hoy distintas ofertas, unas las anoto de publicitarias por su gracejo conceptual, otras de programáticas por su reconocible realismo y prestancia, que no radicalidad. En este campo, no se si por fortuna o desventura, nadie es radical. Rectifico, nadie que cuente algo en política es radical. No quiero problemas con los okupas de mi barrio, formidables buenos vecinos y grácil contrapunto del decaimiento ideológico.


En primera página de esos periódicos alguno nos advierte que pagará la mitad del alquiler de la vivienda a los jóvenes. Otro nos ofrece vivienda pública abstracta. El siguiente multiplica por dos lo que se está haciendo. Solo uno confirma la línea gubernamental actual.


Oído cocina, en el govern de Catalunya se han sentado tres fuerzas políticas, todas ellas corresponsables por razón del cargo del conjunto de las propuestas y acciones sobre la vivienda.
Como ya he anticipado que el comentario sobre el jolgorio electoral lo haré posteriormente, me centro en lo que creo que toca: advertir al plácido lector digital de que el mundo se mueve y que debe procurar poner las patas de la silla bien afirmadas en el suelo.


Primera advertencia. El mercado financiero se encarece a ojos vistas. No se han disparado las alarmas, pero el tipo de interés de referencia hipotecaria sufre un agitón de cuidado. Resultado, los costes para el sufrido hipotecario suben con rapidez y el ajuste entre gastos e ingresos mensuales deriva en dificultades crecientes. Va a haber bronca en las viviendas, concretamente en el comedor y por la noche.


Segunda advertencia. El pueblo se cabrea. Es cada día más notorio que las victimas de la hipoteca se están dando cuenta que alguien les está tomando el pelo. Ya sabían que les tomaban los euros y conformados estaban, ahora se han hecho más conscientes de la cruda realidad y se volverán parcialmente inconformistas, como en el film italiano. Resultado, habrá exigencias electorales al efecto. La duda está en cuantas, pero haberlas las habrá. Las encuestas cantan y las manifestaciones, de momento ligeras de equipaje, también. A algunos políticos va a calentárseles la boca.


Tercera advertencia. Las positivas iniciativas gubernamentales han cogido carrerilla y empiezan a tomar cuerpo. La gente comienza a ser consciente de ello y se vuelve, claro está, más exigente. Resultado, la creencia en la fatalidad residencial se irá rápidamente al carajo. Si no es fatalidad lo que hay, es que hay un culpable o varios. Alerta, va a llegar una factura inesperada.


Cuarta advertencia. El mercado huele a quemado. Promotores, financieros, especuladores, empresas y notarios sienten la cercanía del ocaso. Unos años de permanente esplendor cromático y cremático no los han incapacitado para distinguir las variables de cambio. Las ven y reclaman garantías de futuro. Resultado, hay que tranquilizarles en bien de la patria, si los hipotecarios se retraen un nuevo gobierno puede pagar por ellos. ¿Fifty fifty en la factura?, ¿qué les parece?


Quinta advertencia. La situación está tan tensa que los que mientan o no digan la verdad las pasaran canutas. Ahora no se trata de poner parches, hay que tomar tila y actuar. Las medidas inmediatas no deben impedir las acciones a largo plazo. Son estas últimas las que ofrecen alternativas sólidas. Resultado, el mentiroso se verá a la legua. Su impedimenta táctica se llama subvención o ayuda individual.


Sexta advertencia. Ahora todo se debe medir. Las ofertas electorales ya no se sustentaran literariamente, por decirlo fino. El acompañamiento monetario y las acciones políticas bien definidas serán imprescindibles y valorables posteriormente en circunstancias lamentablemente, más duras. Las propuestas fiscales serán un buen indicador de credibilidad. Resultado, quien se lleve el gato del poder al agua deberá cumplir razonablemente lo ofrecido, a riesgo de bofetón de Gilda a Glenn Ford (q.e.d)


Séptima y última advertencia. Pronto aparecerá una sociología de la lumpe-vivienda y los ultra precios. Alquileres por horas. Turno de mañana, tarde y noche. Cama con baño, es decir, en el baño. Si hay baño. 15 metros por unidad familiar, independientemente de las unidades individuales de la familia. Todo por módicos precios: a 10 euros por persona, metro cuadrado y noche. Resultado, el coste financiero puede aguantarse, pero la degradación social y familiar no. Va a haber tortas.


* Lluis Casas es Concejal Honorario de Parapanda y Barman Honorífico de la Taberna Raíz Cuadrada de Menos Uno.

viernes, 15 de septiembre de 2006

¿QUÉ NUEVAS COSAS PODEMOS DECIR DE LA VIVIENDA?


Lluis Casas*

Las infraestructuras están de moda: debates entre el estatuto catalán y el tío Solbes sobre el porcentaje del PIB; los empresarios quieren más de todo, sea lo que sea, puesto que terminarán incorporándolo a sus cuentas de explotación. Si a alguien se le ocurre plantear una autopista a la Luna, seguro que tiene un gran interés y resulta imprescindible a poco que se hable de dinero.

Pero, ¿Qué entendemos hoy por infraestructuras?

Respuesta periodística: Entendemos que son inversiones que permiten el desarrollo económico, sin las cuales este se vería sensiblemente mermado. Esas inversiones pueden ser públicas, es lo más corriente, o privadas, muy de moda. Pero todas bajo un sistema de financiación que nunca a dejado de ser esencialmente público. Ejemplos háylos de todas las clases: autopista privada, concesión pública. Autopista pública-pública. Puertos y aeropuertos. Redes de comunicación y energía, etc.

Pues bien este entendimiento con el que deben estar de acuerdo, les comunico que es anticuado, por no real. Hoy el futuro depende más de la formación, en sentido universal, que de los caminos y puertos, sin despreciarlos específicamente. El acento en la obra dura constituye ya más que un error.

Esa idea, que apunto anticuada por no útil, se basa también en la consideración del proyecto constructivo y no avanza con lo que hoy es capital, y nunca mejor dicho, las redes. Aeropuerto, contrapunto red de aeropuertos. Zonas de centralidad, económica, logística, etc. contrapunto redes de centralidad. Campus universitario, contrapunto red de conocimientos. Etc. Etc.

Consecuencias hay muchas y algunas sorprendentes: la red es un país con menos impacto ambiental, con menos necesidad de cemento, más diversificado, más entrelazado, más equilibrado. Ustedes creen, si están al caso, que Barcelona/Catalunya tiene necesidad de otra pista en su aeropuerto principal o, tal vez, podría con una nueva lógica aprovechar su red de aeropuertos y ferrocarriles para gestionarlos como una sola oferta que cubriera todas las demandas posibles. Simplemente apunten: Desde Girona o Reus son veinte minutos al centro de Barcelona con la línea en construcción del AVE. Desde el aeropuerto del Prat una hora en taxi. Lo mismo digo respecto a los puertos y las mercancías. Dejo a la imaginación del lector la dimensión desconocida de la alta formación científica y técnica y de la investigación de todo nivel.

Otro más. Un país pequeño, Catalunya lo es y España pude serlo a poco que comparemos, puede resultar extraordinariamente cómodo en una red. En la red no hay distancias, pero en la realidad no digital estas son escasas, por lo que tenemos el mejor de los mundos: inmediatez digital y cercanía geográfica. ¿Por que no nos aprovechamos de ello? Piensen: mucha red, poco impacto; cercanía geográfica y ferrocarril y poco coche. Buenas condiciones de vida. ¿No les parece?
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*Lluis Casas es experto en infraestructuras. Recientemente ha sido galardonado con la distinción de Concejal Honorario del Ayuntamiento de Parapanda. Por otra parte hace dos semanas recibió el Premio “David Ricardo”. Aclaramos: no es que aquí seamos ricardianos, sino que en Parapanda nacieron los padres del afamado economista (judíos sefardíes) Abrahán Ricardo y Abigayl Del Valle.