sábado, 26 de julio de 2014

AL MARGEN

Ausente durante unas semanas de este medio prestigioso, a causa de una mezcla de falta de conectividad informática y de un placentero alejamiento del mundo urbano como remoto intercambio por unas obligadas funciones de auxiliar de clínica familiar, retomo mi auto exigencia comentarista a las puertas del verdadero veraneo playero.

En medio de un estío profundamente atormentado tanto por las acciones metereológicas imprevistas como por las humanas (sobre todo estas), en donde resalta el drama-holocausto palestino y el conflicto de guerra fría (aunque no tan fría) resurgido y sin citar las mil y una propiamente indígenas, pretendo comentarles un detalle sin importancia. Allá ustedes si siguen con la lectura.

De hecho, se trata de una cuestión al margen, como titularon aquel film, “Margin Call”, hace unos pocos años, a propósito del hábito de los supervisores contables de añadir en el margen de los documentos revisados algún comentario que pone en duda las cifras y las letras de lo auditado.

A menudo, ese “al margen” es realmente lo que significa, algo que aunque dudoso no tiene excesiva importancia económica, ni jurídica, y probablemente no ha perjudicado a nadie. Ese debería ser su utilidad y como tal hay que tratarlo. Son advertencias de mejora, detalles sobre hipotéticas malas interpretaciones o aplicados dudosos o simples divergencias de interpretación que no llevan a debacle alguna.

Como no siempre es así y la lectura estándar no tiene interés ninguno para la prensa depredadora o para las luchas por el poder, se ha puesto de moda en el ámbito público utilizar esos comentarios de los técnicos que realizan las auditorias (La Sindicatura de Comptes, el Tribunal de Cuentas, etc.) como confirmaciones de alta corrupción y de delito penal, sin más distingo, ni relativa valoración que el tipo de titular utilizado.

No es que esos necesarios instrumentos de control público hagan mal su trabajo, de eso no voy a tratar ahora, sino que simplemente lo que anota un técnico supervisor es llevado al público incluso en el caso que exista al final del documento explicación plausible del asunto o que, simplemente, sea efectivamente un tema menor.

Tampoco se trata de no hacer caso a esa revisión hecha pública, es un reflejo (insisto en reflejo) del modo de hacer del gestor público y una medida (que si apareciera en tiempo) sería acertadamente útil y rectificativa. Amén de la caza del malhechor o del chapucero si lo hubiere.

Un primer distingo entre lo grave y no marginal está en el hecho que si el revisor considera el asunto transgresor del interés público lo lleva a la fiscalía para su debido tratamiento. Si no es así, la cosa queda como advertencia y como plan de rectificación de futuro.

Otra característica curiosa y poco conocida voluntariamente por los medios es que se trata de documentos en donde cabe la opinión del supervisor sobre lo hecho por el ejecutor de la gestión. Cosa extremadamente importante al valorar lo que se dice y por que se dice. Esa opinión, que no hay que eliminar de modo alguno, si que debería tratarse con más cuidado y formar parte de anexos a tal efecto, en donde el debate entre unos y otros pueda resultar práctico, sin que nadie se siente acusado o se permita que lo acusen en base a ello.

En el mundo privado, como esas auditorias son más discretas y menos difundidas, no pasa lo mismo. Excepto, claro está, cuando la trampa es descomunal al estilo Bankia, ENO o la última española de alta tecnología, pero de alta chapuza. De hecho, las auditorias “privadas” son de una síntesis absoluta, si no hay más simplemente dicen que las cuentas reflejan la realidad, punto y hasta más ver.

El periodismo no suele llevar las cuentas de las auditorias privadas, inscritas en registros públicos, publicadas en memorias, etc. tal vez por que exigen dedicación y conocimiento. En cambio, en el mundo público todo esta hecho excepto el titular. Cómodo trabajo. Si no fuera así, y las privadas fueran al estilo de las públicas, seguramente la bolsa de valores sufriría de cardiopatías permanentes y crónicas.[1]

Les insto a que hagan un repaso mental o que revisen los papeles para que hagan una recopilación de esos asuntos, algunos, como el reciente en torno al Forum de las Culturas, aparecido 10 años después de finiquitado el objeto, cuando ninguno de los ejecutivos técnicos o políticos están en activo y que finalmente termina diciendo que no hay nada para aportar al fiscal. Bien leído es una muestra de todo lo dicho hasta ahora, incluyendo que la gestión no fue precisamente un logro de las enseñanzas de Esade (¿o si?).

La parte noble del comentario que les hago se refiere a que “eso” coincide a menudo con casos obvios de corrupción pública y privada que se arrastran por los siglos de los siglos, amén. Algunas veces terminan con la entrada y salida de cárceles, juzgados, comisarías y otros instrumentos publicitarios. Pero la confusión entre una cosa y la otra produce un mejunje vomitivo general que no es real y que entorpece la digestión, la comprensión y el buen gusto.

Incluso un compadre del que firma se ha visto atrapado en esas confusas manifestaciones “al margen” de un auditor público a propósito de unos transportes urbanos por un valor que no es ni el 10% del coste de las tramitaciones, averiguaciones, estudios y búsqueda de registros que ha habido lugar. El afectado ni siquiera utilizó esos medios en entredicho (5 años ha), pero se significó por su cargo. Ahí es nada. Todo por un comentario “al margen” que hacia referencia a algo que legalmente no era exigible. Es decir una interpretación por encima de la ley del auditor. De momento la prensa ha quedado ajena a ello y es posible que el asunto termine en paz y después gloria y a beneficio de abogados. De hecho la primera minuta fue mayor que el presunto daño, así de simple.

No se si será de su interés, pero lo cierto es que en este país por aquello que el legislador sabe de todo se ha aplicado una ley de hierro a la lucha contra la corrupción, pongamos imposible la gestión pública de los asuntos mediante controles y mecanismos burocráticos y solventado el problema.

Por lo visto, ese legislador que padecía una enfermedad de infantilismo tampoco se ha dado cuenta del mal resultado de la operación. Primero, la corrupción en términos significativos sigue en marcha, “malgré tout”, puesto que se cuece fuera de los procedimientos en las grandes contrataciones, concesiones y cambios urbanísticos. En cambio, la inadecuada gestión se ha ampliado por las exigencias sobre los gestores por establecer calendarios normales para cumplir con sus obligaciones. Y, hoy por hoy, ni siquiera un Einstein podría adecuar un calendario político a las normas de tramitación documental existentes. La derivada obligada es el trapicheo con los papeles, a veces de una inmaculada precisión y otras de una forma absolutamente torpe. En ningún caso bajo el influjo de que los recursos públicos vayan al bolsillo.

Hasta hoy, no he visto nunca auditorias de gestión, en donde se valore el cumplimiento de los objetivos, el coste de las operaciones y el resultado global en materia de gestión pública. Es decir, se ha hecho adecuadamente, a un coste “de mercado”, etc. Si veo día a día que se ha troceado en tres un contrato t que esto aparece en primera plana. Lo cual es cierto y no cumple las ordenanzas, pero nadie se pregunta que hubiera ocurrido si se cumplieran.

Yo les respondo con un caso vivido y sufrido: algo programado para empezar a funcionar en dos años hubiera tardado cinco y el coste se habría elevado un 40%.

¿Es eso lo que queremos de una administración pública?

Lluís Casas viéndolas pasar.


[1] La distinción entre auditorias públicas o privadas es una forma de expresión, los entendidos sabrán de que hablo, para el 100% de los humanos tal distingo no tiene importancia al efecto de lo que pretendo explicar.


jueves, 3 de julio de 2014

VERANO: recomendación de lecturas

Habitualmente con la proximidad de las vacaciones les ofrezco, con el permiso del auditor literario de Parapanda, unas recomendaciones por si son de utilidad de cara a pasar las semanas de duro estío en posición supina, mirando al pino, y leyendo con calma.


Les aconsejo también, para mejorar su propia tranquilidad y facilitar el alejamiento de propuestas de desplazamiento, de paseos sudorosos por el monte o de simple de  “arrellanamiento” entre las arenas colapsadas de la playa, mantener a todas horas, justo al lado de la tumbona o cualquier otra alternativa de relax, un buen montón de libros. Es como una señal de stop para aquellos que pretendan llenarnos con actividades no deseadas y que generan grandes gastos energéticos.

 Al albur de la onomástica, junio-agosto del 1914, me he decidido en hacerles una lista, incompleta, en base a mi propio fichero de existencias de obras sobre ese periodo. Unas noveladas, testimoniales o no. Otras históricas. Incluso poéticas, puesto que en la Gran Guerra cuajó todo tipo de testimonio.

 Obviamente, en estos meses la oferta editorial se ha llenado de publicaciones antiguas o recientes sobre el asunto. En la lista, hay opciones recientes y lejanas en el tiempo. Las hay muy conocidas, otras no tanto y algunas realmente escondidas hasta ahora.

 Dentro de los estudios históricos y militares encontraran obras contradictorias al respecto de las responsabilidades nacionales sobre el cataclismo. La visión ha ido matizándose con el paso del tiempo y el acceso a archivos y memorias ha facilitado el reparto de culpas reales. Pero de lo que no cabe duda a nadie es que en el verano del 1914, las élites políticas, aristocráticas y militares que dirigían las grandes y pequeñas potencias europeas no estaban a la altura de los acontecimientos que ellos mismos fueron construyendo inconsciente o conscientemente durante casi diez años. Finalmente, lo que podría considerarse una anécdota histórica, el famoso asesinato de los herederos del trono austro-húngaro en Sarajevo, se transformó en una excusa para algunos y en una inevitable torpeza para otros. Los resultados fueron explícitos en tres meses, la  incapacidad negociadora, la incomprensión sobre las consecuencias de la guerra tecnológica, la brutal inconsistencia humana y la incapacidad de reconducir algo que prácticamente terminó en un empate a costa de millones de víctimas y del emplazamiento para una segunda parte, fueron constantes a un nivel incomprensible des de la lejanía temporal.

Resulta sorprendente que la Primera guerra mundial, la gran guerra, haya producido mucho más material literario de calidad que la Segunda, tal vez por la falta de un fascismo y un nazismo que sorprendieron menos que unas democracias con variadas consolidaciones. Recuerden que la socialdemocracia votó los créditos de guerra en un giro político de 360 grados en horas.

Otra consideración de aniversario es que podemos considerar muchas semejanzas políticas internas nacionales y otras externas entre el periodo inicial del siglo XX y el ahora mismo. No voy a extenderme, ni a exagerar las coincidencias, pero me resulta obvio que existen y que vale la pena su análisis.


Me he permitido subrayar, en negrita, algunas obras que considero especialmente aconsejables. Incluso alguna, como “Cañones de Agosto” que pueden considerarse algo pasadas des del punto de vista histórico, pero que a todas luces y teniendo en cuenta la fecha de la obra son magníficas, si ese adjetivo puede aplicarse a un holocausto.

 Aparte, la primera, “14” de Echenoz, un especialista en novelas cortas y un extraordinario exprimidor de las esencias. Busquen sus otros títulos, me lo agradecerán.

La otra, “Nos vemos allá arriba” de Lemaitre, es otra cosa con aspectos que le dan un regusto a la novela francesa del XIX, extensa, variada, como si fuera a editarse como en esa época lejana por capítulos.

 La tercera es “Senderos de gloria” de Cobb, no publicada hasta ahora, aunque se remonta a los años treinta. Cobb, un inglés americano que fue un voluntario con las fuerzas canadienses a una guerra europea, rememora el miserable arte de la guerra en base a unos hechos ciertos. El título ya les advierte que como pueden adivinar dio en ser la materia prima del film de Stanley Kubrich y de Kird Douglas, una maravilla cinematográfica y humana.

Ahí va la lista, añadan o quiten con libertad:


ARTOLA RICARDO,      LA I GUERRA MUNDIAL DE LIEJA A VERSALLES

BALL HUGO,    LA HUIDA DEL TIEMPO

BARKER PAT,  REGENERACION

BARTHAS LOUIS,        CUADERNOS DE GUERRA. PRIMERA GUERRA MUNDIAL

BELL DAVID A.,           LA PRIMERA GUERRA TOTAL

BLASCO IBAÑEZ VICENTE,     CRONICA DE LA GUERRA EUROPEA 1914-1918
BLASCO IBAÑEZ VICENTE,     CUENTOS DE LA GRAN GUERRA
BLASCO IBAÑEZ VICENTE,     LOS SIETE CABALLOS DEL APOCALIPSIS

BLOND GEORGE,        LA BATALLA DE VERDUN

BOYNE JOHN, QUEDAOS EN LA TRICHERA Y LUEGO CORRED

BURLEIGH MICHAEL,  PEQUEÑAS GUERRAS LUGARES REMOTOS

CAAMAÑO J. EDUARDO,         EL BARON ROJO

CANAL HISTORIA,       LA GRAN GUERRA. LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL AL DESCUBIERTO

CANALES CARLOS,     LA GRAN GUERRA GRENDEZA Y DOLOR EN LAS TRINCHERAS

CASTELLO JOSE EMILIO,       LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

CATHER VILLA,           UNO DE LOS NUESTROS

CELINE LOUIS FERDINAND,    VIAJE AL FIN DE LA NOCHE. PRIMERA GUERRA MUNDIAL

CHEVALIER GABRIEL, LA POR

CHURCHILL WINSTON,            LA CRISIS MUNDIAL 1911-1918

CLARK CHRISTOPHER,           SONANBULOS. COMO EUROPA FUE A LA GUERRA 1914

COBB HUMPHREY,      SENDEROS DE GLORIA

COCTEAU JEAN,         THOMAS EL IMPOSTOR

DE MAZERY BENEDICTE,       VIDAS ROTAS

DE ROBERTO FEDERICO,       EL MIEDO

DIAZ JORGE,   CARTAS A PALACIO

DÖBLIN ALFRED,         1. BURGUESES Y SOLDADOS
DÖBLIN ALFRED,         2. EL PUEBLO TRAICIONADO
DÖBLIN ALFRED,         3. EL REGRESO DE LAS TROPAS DEL FRENTE

DOS PASSOS JOHN,   INICIACION DE UN HOMBRE 1917

ECHENOZ JEAN,         "14" LA GUERRA

ESLAVA GALAN JUAN,            LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL CONTADA PARA ESCEPTICOS

FEDORCHENKO SOFIA,          EL PUEBLO EN LA GUERRA

FERRO MARC, LA GRAN GUERRA 1914-1918

FUSSELL PAUL,          LA GRAN GUERRA Y LA MEMORIA MODERNA

GARCIA SANZ FERNANDO,     ESPAÑA EN LA GRAN GUERRA

GARRIDO GONZALO,   LAS FLORES DE BAUDELAIRE

GARTH JOHN,  TOLKIEN Y LA GRAN GUERRA EL ORIGEN DE LA TIERRA MEDIA

GAZIEL,           DE PARIS A MONASTIR
GAZIEL,           DIARIO DE UN ESTUDIANTE PARIS 1914

GILBERT MARTIN,       ATLAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
GILBERT MARTIN,       LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

GOMEZ CARRILLO ENRIQUE, CAMPOS DE BATALLA Y CAMPOS DE RUINAS

GONZALEZ CALLEJA EDUARDO,        NIDOS DE ESPIAS

GROMERO EMILIO,     LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL EN EL CINE

HART PETER , LA GRAN GUERRA

HASEK JAROSLAV,     LAS AVENTURAS DEL BUEN SOLDADO SVEJK

HASTINGS MAX,         1914 AÑO DE LA CATASTROFE

HEMINGWAY ERNEST,           ADIOS A LAS ARMAS

HERR MICHAEL,          DESPACHOS DE GUERRA

HOSCHSCHILD ADAM, PARA ACABAR CON TODAS LAS GUERRAS. 1º GUERRA MUNDIAL

HOWARD MICHAEL,    LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

ILLIES FLORIAN,         1913 UN AÑO HACE CIEN AÑOS

JUNGER ERNEST,       DIARIO DE GUERRA 1914-1918
JUNGER ERNEST,       TEMPESTADES DE ACERO
JUNGER ERNST,         EL TENIENTE STURM

KEYSERLING EDUARD VON,   EN UN RINCON TRANQUILO

KOPPEN EDIEF,          PARTE DE GUERRA. PRIMERA GUERRA MUNDIAL

KOVACSIS ADAN,       GUERRA Y LENGUAJE

LEMAITRE, PIERRE,   NOS VEMOS ALLA ARRIBA

LEWIS WYNDLHAM,    ESTALLIDOS Y BOMBARDEOS

LOPEZ GUIX JUAN GABRIEL,  CUENTOS DE LA GRAN GUERRA

LOZANO ALVARO,       BREVE Hª DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

MACMILLAN MARGARET,        1914 DE LA PAZ A LA GUERRA

MAILOER NORMAN,    LOS DESNUDOS Y LOS MUERTOS

MAUGHAM WILLIAM SOMERSET,       ASHENDEN O EL AGENTE SECRETO

MAZERY BENEDICTE DES,     VIDAS ROTAS

MOOREHEAD ALAN,    GALLIPOLI

MORROW JOHN H. JUNIOR,    LA GRAN GUERRA

NAVARRO JULIA,        DIME QUIEN SOY

NICHOLSON VIRGINIA,            ELLAS SOLAS

O'BRIEN TIM,   LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON

QUERO RODILES FELIPE,       Hª MILITAR DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

RENN LUDWIG,           GUERRA UN SOLDADO ALEMAN EN LA GRAN GUERRA 1914-1918

ROUAUD JEAN,           LOS CAMPOS DEL HONOR

RUSSELL BERTRAND, IDEALES POLITICOS

SACCO JOE,    LA GRAN GUERRA

STEVENSON DAVID,   1914-1918 HISTORIA DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

STONE NORMAN,        BREVE HISTORIA DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

STRACHAN HEW,        HISTORIA DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

STUPARICH GIANI,      GUERRA DEL 15

TUCHMAN BARBARA,  LOS CAÑONES DE AGOSTO

VARGAS ALEJANDRO,            LOS NOVELISTAS DE LA GRAN GUERRA 1914-1918

VEIGA FRANCISCO,    LAS GUERRAS DE LA GRAN GUERRA 1914-1923

WEBER THOMAS,       LA PRIMERA GUERRA DE HITLER

WERNER HERBERT,   ATAUDES DE ACERO

WESSELING HENRI L.,            DIVIDE Y VENCERAS

WHARTON EDITH,       FRANCIA COMBATIENTE

WOOLF VIRGINIA,       LA SAÑORA DALLOWAY

ZWEIG ARNOLD,         LA DISPUTA POR EL SARGENTO GRISCHA

ZWEIG STEPHAN,       EL MUNDO DE AYER


Lluís Casas en las trincheras